A 3.800 metros de altura, en las aguas azules y transparentes del lago Titicaca los dioses incas se reflejan mucho más de cerca, confundiéndose las tierras terrenales con las de la historia y la leyenda. Incluso el brillo de los rayos del sol es mucho más limpio, y su luminosidad se abre a través de áridas tierras, restos arqueológicos de la antigua civilización y el misterio de ser el lugar, donde según cuentan, nació la humanidad en la mitología inca.
ISLAS ADORADAS
Estas islas tienen también un legado arqueológico que se remonta a la cultura Inca. Antiguas terrazas de cultivo y centros ceremoniales yacen en este territorio adorado desde la época prehispánica, donde, dicen las leyendas, está el origen del mundo andino.
Las islas siempre fueron sagradas para las antiguas culturas del Altiplano por su privilegiada y singular ubicación en medio de un gran lago que emana energía. Por ello, la Isla de la Luna, ubicada justo al frente de la del Sol también conserva un antiguo templo finamente labrado. Llegar a la Isla de la Luna a pesar de que se ve muy cerca, implica un viaje en bote de por lo menos una hora y el alquiler de una embarcación particular, porque la mayoría de botes turísticos no realizan esta ruta. A pesar de ello, el trámite vale la pena ya que este templo tiene un hermoso acabado y se encuentra en un bello paraje. La parte boliviana del lago definitivamente tiene lo suyo.
PARAÍSO LACUSTRE
Desde Puno es necesario llegar primero a Copacabana, desde donde parten las lanchas hacia la isla más visitada, la del Sol. El viaje hasta Copacabana es un punto obligado en el recorrido del Cusco a La Paz, ya que está a solo tres horas de la capital boliviana y a tres de Puno.
Una vez ahí, lo primero que debe hacer es comprar su boleto en el puerto y después pasee tranquilo por este poblado famoso por su devoción a la Virgen de Copacabana, que tiene aquí su santuario.
Copacabana es famosa porque todos los años se celebra una tradicional fiesta en honor a la Virgen. Para esta fecha no solo los pobladores sino hasta los camiones se envuelven con adornos y flores de colores. Este lugar es reconocido también por ser uno de los paraísos de los mochileros en el Altiplano, ya que además de ser el punto de salida hacia las islas, es mucho más barato que el resto de Sudamérica.
Si bien las poblaciones de esta parte del Titicaca no son originarias de la zona, como en Amantaní y Taquile, tienen unos paisajes espectaculares y conservan en buen estado increíbles complejos arqueológicos que fueron antiguos templos.
La Isla del Sol alberga un centro prehispánico que es posible visitar, luego de una caminata de 45 minutos. No es recomendable tomar un tour para pasar el día, porque los tiempos no permiten realizar un paseo con calma.
Lo ideal es dedicarle aunque sea una noche. Hay varios hospedajes en la isla y al borde de ella hay playas lacustres y pequeños restaurantes.
Recuerde que si llega hasta la Isla de la Luna hay que coordinar el retorno con el dueño de la embarcación, para que lo espere o regrese porque a diferencia de la Isla del Sol, donde hay varios hospedajes, en la Isla de la Luna solo hay uno.
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