Si me voy antes que tú, no llores por mi ausencia; alégrate por todo lo que hemos amado juntos.
No me busques entre los muertos, en donde nunca estuvimos, encuéntrame
en todas aquellas cosas que no habrían existido, si tú y yo no nos
hubiésemos conocido.
Yo estaré a tu lado, sin duda alguna, en todo lo que hayamos creado
juntos: en nuestros hijos por supuesto, pero también en el sudor
compartido tanto en el trabajo como en el placer y en las lágrimas que
intercambiamos.
Y en todos aquellos que pasaron a nuestro lado y que, irremediablemente,
recibieron algo de nosotros, y llevan incorporado --sin ellos ni
nosotros notarlo—algo de ti y algo de mí.
También nuestros fracasos, nuestra indolencia y nuestros pecados, serán
testigos permanentes de que estuvimos vivos y no fuimos ángeles sino
humanos.
No te ates a los recuerdos ni a los objetos, porque dondequiera que
mires que hayamos estado, con quienquiera que hables que nos conociese,
allá habrá algo mío. Aquello sería distinto, pero indudablemente
distinto, si no hubiésemos aceptado vivir juntos nuestro amor durante
tantos años; el mundo estará ya siempre salpicado de nosotros.
No llores mi ausencia, porque sólo te faltará mi palabra nueva y mi
calor de ese momento. Llora si quieres, porque el cuerpo se llena de
lágrimas ante todo aquello que es más grande que él, que no es capaz de
comprender, pero que entiende como algo grandioso, porque cuando la
lengua no es capaz de expresar una emoción, ya sólo pueden hablar los
ojos.
Y vive. Vive creando cada día y más que antes. Porque yo no sé como,
pero estoy seguro que desde mi otra presencia yo también estaré creando
junto a ti, y será precisamente en ese acto de traer algo que no estaba,
donde nos habremos encontrado. Sin entenderlo muy bien, pero así, como
los granos de trigo que no entienden que su compañero muerto en el campo
ha dado vida a muchos nuevos compañeros.
Así, con esa esperanza, deberás continuar dejando tu huella, para que
cuando tu muerte nos vuelva a dar la misma voz, cuando nuestro próximo
abrazo nos incorpore ya sin ruptura a la Única Creación, muchos puedan
decir de nosotros: si no nos hubiesen amado, el mundo estaría más
triste.
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