Te aferras a tus ideas sin importarte las mías. A veces crees adivinar
mis pensamientos, pero luego te das cuenta de que te equivocas. Crees en
que sólo sea una tontería. Te gustaría que aún quedara algo. Deja de
contar las mentiras que nos decimos a diario. Nadie sabe si quieres
volver a la normalidad. Tal vez ya es hora de parar, pero antes tienes
que querer. Dejemos las lágrimas de lado y hablemos sin secretos ni
mentiras. Quizás no crucemos más palabras, nos separaremos poco a poco
hasta que que no nos volvamos a ver jamás. No me controles más, haré y
diré lo que quiera. Guarda las mentiras y no digas ninguna más. Para de
hacerme daño, aún no te has dado cuenta de que cada mentira me clava
agujas en el alma. Recuerda cada mentira, aprende de tus errores y
cambia.
jueves, 31 de julio de 2014
¿Por qué seguir mintiendo?
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